BEIRUT -THE RIP TIDE

13 Oct

Nunca es tarde para descubrir buena música, y eso es lo que me ha pasado con este grupo. Los conocía desde hace un tiempo, pero nunca había tenido la paciencia o no había encontrado el momento adecuado. Pues bien, el caso es que hace no mucho encontré el momento para escuchar y disfrutar de este pedazo de grupo, y más en concreto de su último disco, The Rip Tide.

Antes de entrar a comentar este disco, hagamos un poquito de introducción al grupo en cuestión. Beirut es un grupo integrado por hasta once músicos, pero cuya esencia es Zach Condon, un joven de Nuevo Mexico superdotado musicalmente hablando, que con 9 años ya componía y sabía tocar cuatro instrumentos. Su carrera profesional comienza en 2006 cuando con 19 años publica Gulag Orkestar, su primer disco como Beirut y el que les hizo saltar a la fama en la escena independiente mundial, con canciones folk que transportaban musicalmente a la Europa del este para, un año y medio después confirmar con su segundo disco que lo suyo no era casualidad The Flying Club Cup, otro disco repleto de sonidos de diferentes países que lo encumbraron definitivamente como uno de los grupos independientes más respetados por la crítica especializada.

Pero, como ya he comentado antes, mientras todo esto pasaba, el que escribe desconocía todo lo que este grupo representaba, hasta que llegó The Rip Tide, un disco de 9 canciones, algo más de media hora que se hace corta, muy corta, lo que es un arma de doble filo, deja insatisfecho por corto y a la vez muestra que es tan bueno que podría durar mucho más tiempo con esas preciosas melodías y esos instrumentos tan bien orquestados.

Se trata de un disco muy elaborado donde ninguna canción sobra y que, como casi todos los discos que trato de comentar en este blog,  va creciendo y mejorando conforme más veces lo escuchas. Con una gran variedad de instrumentos que van desde un ukelele hasta un teclado electrónico, pasando por trompetas y pianos, acompañados con la suave y melancólica voz de Zach que dan ese toque especial a unas melodías que transmiten buen rollo en cada nota.

En cuanto a las canciones a destacar, de entre todas sobresale sin duda Santa Fe, un hit en toda regla con grandes dosis de electro-pop, Candle’s fire la canción con la que abre el disco y un verdadero gigante melódicamente hablando o The Rip Tide, canción que da nombre al disco. Pero en un disco tan detallista, tan bien elaborado, es difícil despreciar alguna canción, otras como East Harlem en la cual habla del amor y la música o Payne’s Bay son canciones que crecen y crecen conforme las vas escuchando y por último también tenemos baladas que me recuerdan a Rufus Wainwright como Goshen o Vagabond.

En definitiva uno de los discos del año, esperado por sus seguidores después de los 4 años de vacío y un verdadero descubrimiento para los que como yo, no teníamos muy escuchado a este pedazo de grupo. Os dejo con Santa Fe, uno de los platos fuertes del disco, pero si queréis más en la lista de reproducción de la derecha tenéis más temas.

 

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